domingo, 18 de enero de 2015

GOLPE DE REALIDAD.

Llevo un par de días leyendo un blog escrito en un idioma que pocos entiende por un hombre que con cada línea que leo me parece más increíble. Suele escribir mucho sobre las relaciones y las reacciones que tienen los hombres y las mujeres.

Acabo de leer un post con el que me siento increíblemente identificada. Y no sé cómo tomármelo.

Es extraño.

Trata sobre las verdades que escondemos como cuando pretendemos que nuestros abuelos han tenido una relación perfecta y que siempre se han amado muchísimo (cosa que me toca muy de cerca) o que antes las relaciones eran más duradera porque  antes sabían amar mejor.

¿ cómo se ama mejor y peor?

Creo que no es porque se amaran más o menos, mejor o peor sino que simplemente no tenían elección y que una vez que empezaban el camino con alguien eran de los que arreglaban las cosas que se rompían y no las tiraban para que posteriormente las sustituyera por otras.

Soy de las que piensa que ahora nos damos por vencidos muy pronto.

No digo que perdonemos lo imperdonable, ni que estemos con alguien que no nos deja ser quien somos, sino que en las discusiones sin sentido seamos capaces de ser el que afloja la cuerda, el que cede. 

O, ¿qué es eso del amor perfecto de nuestros abuelos?

Realmente pensamos que nunca han tenido ninguna discusión? Soy de las que ha escuchado historias de como su abuela salía corriendo por la noche porque su abuelo llegaba borrachos y su único entretenimiento a esas horas era darle una paliza. 

Así que, ¿realmente se pueden arreglar los problemas de una relación ?

Mejor, la pregunta correcta sería ¿realmente queremos arreglar nuestros problemas? 

¿Realmente queremos buscar una solución o simplemente nos deshacemos de la otra persona junto con el problema hasta que llega otra persona con el mismo problema y volvemos a deshacernos de otra persona?

lunes, 12 de enero de 2015

ZURDA.



No puedo. No puedo dejar de pensar en como la suerte huye de mi. Se me escapa entre los dedos. Como siempre. Creo que la suerte repartida en mi año a mi no me llego. El que la reparte ese mes estaba de vacaciones. Es comprensible. Es lo que tiene decidir nacer en medio del verano. 

Soy zurda. De donde yo vengo se dice que los zurdos, son zurdos para todo. Que no conocen la suerte. Que la crean ellos mismos. Cuando por fin aprenden a crear suerte de la buena va su corazón y decide que ya es suficiente. Que el no quiere trabajar más.  Que se jubila. Quiere descansar. Nos apagamos.  

Pero me gusta. Me gusta ser zurda. Y no hacer nada bien. Equivocarme en todo y nunca elegir lo correcto. 

Se dice que soy pesimista. Mucho.

Pero solo soy una triste realista que con una pizca de personalidad desquicia y destruye todo a su paso.




lunes, 15 de diciembre de 2014

Supongo.



Tengo ganas de quejarme, muchas y no tengo a quien. Estoy sola en la habitación y mis padres y hermanos están bastante hartos de mí y yo solo quiero a alguien que escuche, que no conteste, que no abra la boca, que la tenga cerrada. Que esté como un mueble al lado mío pero que pueda sentir su respiración y su mirada de desaprobación. Supongo que ese es el motivo por el que escribo aquí. Ahora que lo pienso llevo años escribiendo las cosas que pienso pero siempre acabo borrando todo. Solo necesitaba expresar lo que siento, cosa que no se hacer hablando, por escrito me parece que todo cobra más sentido, que es más fácil, que lo entiendes antes. Puedes leer y releer todas las locuras que se te pasan por la cabeza. El porqué del blog realmente es que alguien se quede con mi parte negativa, supongo que tengo la esperanza de que si alguien lo lee yo me quedo tranquila y en paz conmigo misma, las cosas que odio y todos mis prejuicios.

Me relaja, me hace sentir más yo, menos comprendida, más paranoica y menos objetiva y me gusta.

¿Mi queja de hoy? Los retortijones, la inflamación de mis ovarios y la pesadez de mis riñones. Por si aún no sabes lo que es, es mi peor día del mes, el día de la peor visita (no me gustan las visitas, y menos aún las inesperadas): la regla.

Esto no significa solo que vas a sangrar como un cerdo el día de la matanza sino que además te trae otro regalito: una explosión hormonal peor que un cóctel molotov. Es algo así como la unión de todos estados de ánimo en un segundo. Tengo ganas de gritarte después de darte un beso pero antes de tirarte por la primera ventana que encuentre abierta. Si decides no hablarme, tranquilo, no lo entenderé, pero por lo menos seguirás vivo.

Supongo que esto me convierte en insoportable, cosa que soy todos y cada uno de los días del año pero hoy es a lo bestia, soy la bomba nuclear para mi habitación.


SUPONGO: mi palabra preferida porque no digo ni sí ni no, es solo para llenar el vacío que tengo en mi cabeza y para hacer parecer que se lo que quiero.